¿El bromance es una deconstrucción masculina o sólo un capricho de fans?

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Gon y Killua amigos y protagonistas de Hunter X Hunter (2011)

La amistad más sobreanalizada que nos ofrece la literatura fue la de Aquiles y Patroclo, personajes de la epopeya griega La Ilíada de Homero. Por parte de Patroclo, la ciega admiración e irrestricta lealtad hacía su amigo no evitó que siguiese en el combate frente a los Troyanos, aun cuando Aquiles quería dejar todo atrás. A su vez, el héroe profesaba un amor casi filial sobre su soldado, al extremo de que investigadores señalan que su verdadero punto débil, no fue su talón sino su tremenda amistad, por ende, se puede entender la furia y resignación que inundó el corazón del orgulloso héroe una vez que su amigo cayó.

Y ya sé que dirán: “había algo más entre ellos” Sí, obvio, en la Antigua Grecia las relaciones amorosas y sexuales se entendían como una valoración y admiración preponderante entre varones, me remito a El banquete del insoslayable Platón, pero no nos alejemos del tema. El vínculo de amistad, lealtad y compañerismo entre dos varones, en todo caso, ya había sido manifestado en el Poema de Gilgamesh escrito entre los años 2500-2000 a. C, y en el que se nos presentaba una exótica aventura estelarizada por Gilgamesh y Enkidu. No estamos descubriendo nada nuevo. Estas relaciones cabrían de algún modo en la etiqueta de Bromance, que es una forma de referirse a un vínculo afectivo, intenso, leal, pero no sexual entre dos varones heteros. Algunas preguntas me surgen en torno a esto y tienen que ver con cómo las narrativas de los productos audiovisuales que consumimos construyen  estas lógicas.

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Un bromance animado de esos que a todxs nos gusta The Fox And The Hound (1981)

Cuántas series o películas nos metieron con calzador la narrativa del amigo y amiga que terminan como novixs. Tan restrictiva es la coherencia heterosexual que incluso en nuestras ficciones más imberbes el amigo y la amiga tienen que juntarse sexo-afectivamente, aparentemente, una ida sin vuelta. Pero no puede pasar lo mismo con dos amigos. De todos modos, la cosa no es tan simple. El mainstream seguirá desarrollando modelos de Patroclos y Aquiles en el que el deseo sexual sea inhibido. No obstante, ahí donde un sistema de heterosexualidad obligatoria demarca líneas y expone valores sobre qué o cómo debe configurarse una amistad entre varones, una buena amistad que reboza camaradería, confianza y lealtad, existe un ejército de fanaticxs dispuestos a quebrar esa imposición mediante el shippeo.

La fantasía del shipping

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De los mejores shippeos hechos x fans, este es uno de los que más sentido tiene The lord of the rings (2003)

Shipping deriva de la palabra anglosajona “relationship” que significa relación sentimental y shippear por tanto sería el deseo de lxs fans de alguna obra de ficción, para que determinados personajes conecten amorosamente.  Obviamente esto no tiene limitación a los personajes masculinos heteros, de hecho, el shippeo es una de las respuestas más fundamentales en las que se fijan productores de teleseries, por ejemplo, para construir parejas a medida que avanza la historia, le dan al público lo que pide, pero claro, hay límites. ¿Alguien vio Glee? Bueno, era una serie adolecente de FOX en la que el drama era de carácter sentimental. Lxs fans cada tanto armaban y pedían parejas que muchas veces dentro de la historia se hacían realidad. Lo curioso es que en la temporada 5 se quiso explorar sutilmente el bromance entre un hetero y un gay, una amistad que parecía modelada desde el lugar más irritante de lo políticamente correcto. Aunque lxs fans shipearon este bromance casi como una súplica, el equipo de guionistas en ese momento decidieron no conceder ese deseo, sea por la razón que sea. Quizás, porque narrativamente no aportaba nada al desarrollo.

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Una de mis parejas de amigos más invaluable y que mejor expone los supuestos valores del bromance y al mismo tiempo, juega con cierta ambigüedad sexual es la de Gon y Killua del anime  Hunter X Hunter, que en Japón tuvo una versión en 1999 y luego un remake el 2011. Este ejemplo es hasta cierto punto común en el desarrollo de las narrativas del anime, en donde dos chicos completamente opuestos en personalidad consiguen, en medio de una aventura,  establecer un vínculo de amistad en torno a la admiración, el compañerismo y todo eso que bien Patroclo y Aquiles brindaron. Pero a diferencia de Naruto y Saske (por poner un ejemplo coetáneo) Los sentimientos de admiración entre Gon y Killua no nacen de una  rivalidad. Al contrario, ambos se hacen amigos desde el primer momento por la cercanía de sus edades infantiles, siendo Gon el estereotipo de un personaje salvaje, confiado, valeroso y optimista. Killua se presenta como un ser mucho más maduro, oscuro, con más arcos argumentales por cerrar, es decir, es mucho más atractivo que Gon en cuanto profundidad narrativa, pero su desarrollo sólo tiene sentido a medida que el vínculo de amistad entre ambos se va fortaleciendo.

El deseo sexual se inhibe en esta pareja de amigos por una aparente asexualidad que se sostiene en el rígido postulado de “los niños no desean sexualmente” a lxs fans eso les valió madre e igual los shipearon usando toda su creatividad y  recursos que tenían a disposición: historias con fuerte contenido pornográfico, dibujos explícitos y animaciones de mala calidad satisfacían el deseo de una gran cantidad de fanáticxs por ver a estos dos amigos besarse y tocarse.

El amor heterosexual o mejor dicho, las relaciones normalizadamente heterosexuales sea incluso entre gays o lesbianas, seguirán siendo parte central de las narrativas de la mayoría de las series mainstream. Pero qué pasa con los bromance, a juicio personal, creo que construir un guion donde los elementos de una amistad entre varones hetero sea bien manejada al punto que te cause placer ver lo bien que se llevan o lo entrañables que son el uno hacía el otro, es, desde algún punto, una forma de deconstrucción de la masculinidad impuesta, especialmente  cuando se abre el espacio a la intimidad y los afectos. ¿Cuántas escenas entre dos amigos hetero que se abrazan sólo para consolarse hemos visto?, ¿Cuántas escenas entre dos amigos hetero llorando hombro con hombro hemos visto?, y sobre todo ¿Cuántas escenas nos ha brindado el cine, en que un personaje modelado bajo los parámetros de la masculinidad de Aquiles, se deshace en su fragilidad al saber que ya su amigo no estará más? Pocas, creo. Bromance a mi entender es una posibilidad narrativa que va más allá de un código de amistad masculino, es romper ciertos parámetros sobre cómo una amistad hetero entre varones debe constituirse, y si hay deseo, ¿por qué no problematizarlo también, en vez de omitirlo?.-

Para ver más artículos de Nicolás Aravena visita su blog: http://blogdeperrachica.blogspot.com.ar/

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